Desde hace un tiempo se me hace difícil mantener en equilibrio la concentración.

No es novedad alguna si digo que el teléfono puede ser el perfecto generador de ruido y evaporador de concentración. Semejante efecto destructivo sólo es igualado por el guante del infinito.

Creo que en algún episodio del podcast conversé con alguien sobre esto de las interrupciones y lo difícil que es recuperarse.

Cada tanto logro tener esos momentos de claridad en los que uno consigue alejarse al menos unos pasos hacia atrás y ver qué es lo que está haciendo (mal, por supuesto).

Algunas de mis batallas recientes han sido contra las notificaciones de celular.

Siempre me resultó más o menos manejable el estar programando y al mismo tiempo estar atendiendo chats, emails, redes, etc, etc. Esto ya no estaría ocurriendo.

No tengo muy claro aún si mi capacidad de concentración está disminuyendo o el foco necesario actualmente está por encima de ese promedio histórico.

¿Por qué los Developers nos quejamos tanto sobre las interrupciones?

Esto es real, pero quizás la siguiente imagen sea más explícita.

Personalmente, lo que más me demanda energía es volver a alcanzar el momentum. Pasados esos cinco minutos de interrupción, todo se siente así.

¿Cómo se lidia con esto de una forma razonable y sin ser un ermitaño? De seguro cada cual tendrá su receta y hasta se habrá aburrido de ver pasar posts que te proponen 5, 10 o 15 consejos para lograrlo (en una lista tan estricta como repetida y descontextualizada).

En mi caso, desde comienzos diciembre (¿o noviembre?) estoy usando una de las funciones de Android relacionadas con Bienestar Digital: el Modo Sin Distracciones.

Lo bueno, a diferencia del modo No Interrumpir, es que el teléfono puede seguir sirviendo para algo y al mismo tiempo te evita tener que configurar aplicación por aplicación para ver qué notificaciones recibir. Incluso se puede configurar para que el bloqueo funcione para tal o cual aplicación, en un rango horario determinado.

Desde que tengo implementada esta configuración he podido notar cómo, de a poco, el tiempo de concentración durante la mañana aumentó y el de la tarde (luego del almuerzo) aún necesita mejorar.

Creería que ha sido una de las grandes mejoras cualitativas que pude hacer (con respecto a la forma de trabajo) durante el último semestre.

Trabajar en equilibrar la energía que se necesita versus la productividad se ha convertido para mí en un tema más que prioritario (durante demasiados años mantuve esta parte de la ecuación fuera del cálculo).

Otro de los temas en los cuales estoy poniendo el foco, muy relacionado con este, es en el de los objetivos y los resultados, pero seguramente eso sea material para otro post (una vez que mejore la relación energía/productividad).

Dicho todo esto, si últimamente tardo más en responder… bueno, ya sabemos qué aplicación es la responsable.